El Trofeo Islas Baleares de snipe ha sido mi primer contacto con el mundo náutico desde que trabajo como fotógrafo en Menorca. El 10 de noviembre, prácticamente recién llegado a la isla, el Club Marítimo de Mahón me pidió realizar un reportaje sobre esta competición balear. La experiencia fue adrenalínica.
Subido a una pequeña zodiac conducida por uno de los miembros del club, intenté retratar a cada uno de los participantes de la competición, combatiendo como podía con el viento, las olas y algún que otro mareo. Lograr aproximarse a los snipes sin entorpecer la carrera fue toda una odisea, aunque por suerte conté con un experimentado marinero a los mandos.
Siendo mi primera vez trabajando en el mar, no sabía muy bien lo que me esperaba. La fuerza de los elementos fue una dificultad añadida que tuve que usar a mi favor. Las olas que nos venían encima, el viento frio que me empujaba y el balanceo de la zodiac terminaron siendo útiles para darle ese toque de emoción y realismo a las imágenes, y tratar así de mostrar el tremendo esfuerzo e intensidad exigidos a los regatistas.
Los snipes son embarcaciones de vela ligera que requieren de una gran habilidad técnica, ya que la velocidad no es una de sus características. El ingeniero naval estadounidense William Crosby fue quien diseñó en 1931 la primera de estas peculiares embarcaciones, que en Menorca cuentan con una gran tradición y numerosos campeones internacionales.
Es realmente hermoso ver de cerca el complejo baile de los regatistas con el mar. Con la embarcación totalmente escorada, sus cuerpos sirven de contrapeso para sortear el oleaje y aprovechar las ráfagas de viento al máximo. Esta delicada danza entre hombre y naturaleza es una de las experiencias más estimulantes que he vivido como fotógrafo en Menorca.